El loco de Noruega agnóstico y masón. (27/07/2011)
Por O.F.G.
Difícilmente se podrá encontrar mejor ejemplo de la desinformación que los medios del sistema suministran, que los titulares y calificativos dedicados al autor confeso de los terribles atentados de anteayer, el coche bomba en el centro de la antigua Cristianía y la matanza a tiros en el campamento de jóvenes del Partido Laborista en la isla de Utoya. A Anders Behring Breivik se le ha calificado de "fundamentalista cristiano", de militante "de extrema derecha", de "antiinmigracionista", de, ¡oh pecado supremo!, "enemigo del multiculturalismo". La prensa española no ha ido a la zaga de la del resto del mundo en esta exhibición de ignorancia y confusión deliberada.
Anders Behring Breivik es masón, como muestra la fotografía que puede verse en este enlace (la cual fue publicada por el diario zapaterista Público , entre otros, mutilada para que no se vieran el mandil y los guantes de dama propios del atuendo masónico). Es decir, el asesino se adhiere a la ideología básica del Nuevo Orden Mundial (N.O.M.), salida de las logias: de los "derechos humanos" a la democracia liberal y capitalista. La masonería ha sido objeto de las más duras y reiteradas condenas por parte de la Iglesia Católica (a pesar del empeño actual de no pocos eclesiásticos por oscurecerlas y olvidarlas).
Breivik es, además, judeófilo y feroz sionista, y por lo tanto circunstancialmente antimahometano. Sus escritos y declaraciones, que van conociéndose, no dejan lugar a dudas. El armamento y los explosivos que ha utilizado, muy difíciles de conseguir en Noruega, apuntan a altas complicidades.
Breivik, como la mayoría de la población noruega, se mueve entre el vago luteranismo oficial y el agnosticismo (que hoy vienen a ser la misma cosa). Antes del delirio ecumenista que desde el Vaticano II padecemos, a nadie en España se le habría ocurrido llamar "cristiano" a un hereje así. Sin embargo, estos últimos días lo han hecho incluso medios supuesta y oficialmente católicos, agregando, como se indicaba arriba, el término "fundamentalista", comodín malintencionado que no hace sino certificar su ignorancia. El fundamentalismo (de "The Fundamentals of Christianity") es un movimiento aparecido a principios del siglo XX en ciertos medios protestantes estadounidenses. Sin relación alguna con el luteranismo europeo ni, por supuesto, con la Iglesia Católica, el fundamentalismo protestante norteamericano es rabiosamente anticatólico y hostil también a las formas modernistas del protestantismo, como por ejemplo las de la secta oficial del estado noruego.
Tampoco es de extrañar que nuestros políticos y nuestros medios de comunicación social, así como el resto de los poderosos del Sistema “democrático”, tan en manos de la masonería, olvidasen de mencionar que el tal Anders Behring era uno de los suyos ¿No les parece? Prefirieron jugar al despiste y ya de paso, difamar a los cristianos, no fuese que la realidad les amargase un buen titular.
Por último, ¿se imaginan cómo sería tratado y catalogado alguien que propusiera dialogar y negociar con este sujeto noruego? No hace falta que imaginen. En España, el Congreso de los Diputados autorizó al Gobierno para dialogar y negociar con unos sujetos que han asesinado a cerca de 900 personas. Y los más se rasgan ahora las vestiduras son los que apoyan o excusan que se dialogue y negocie con los etarras. ¡Cuánta hipocresía!
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